LA DIETA MEDITERRÁNEA
Se conoce
como dieta mediterránea al modo de alimentarse basado en una
idealización de algunos patrones dietéticos de los países
mediterráneos,
especialmente: España
(ver Figura 1), sur de Francia,
Italia, Grecia
y Malta. El 16
de noviembre de 2010 fue declarada Patrimonio
Inmaterial de la Humanidad. Previamente, en 2007,
el Gobierno español propuso la candidatura de la dieta mediterránea
para su inclusión en la lista del Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad, pero fue rechazada en la
conferencia internacional que la UNESCO
realizó en Abu Dabi.
Las
características principales de esta alimentación son un alto
consumo de productos vegetales
(frutas, verduras,
legumbres, frutos
secos), pan
y otros cereales
(siendo el trigo el alimento base), el aceite
de oliva como grasa
principal y el consumo regular de vino
en cantidades moderadas.
Beneficios
Las
propiedades saludables que se le atribuyen se basan en la
constatación de que, aunque en los países mediterráneos se consume
más grasa que en los Estados
Unidos, la incidencia de enfermedades
cardiovasculares es mucho menor. Las causas de tales propiedades
parecen estar en el mayor consumo de productos ricos en ácidos
grasos monoinsaturados, presentes en el aceite
de oliva (que reduce el nivel de colesterol en sangre). También
se atribuye al consumo de pescado, en especial pescado
azul, rico en ácidos
grasos ω-3 y, finalmente, al consumo moderado de vino
tinto (por sus antocianos). El vino también está asociado a otro
efecto cardioprotector denominado la paradoja
francesa.Parece
ser que la dieta mediterránea está asociada con un menor riesgo de
deterioro cognitivo leve tanto durante el envejecimiento como durante
la etapa de transición entre la demencia
o deterioro cognitivo leve a la enfermedad
de Alzheimer.
Historia
Las
primeras referencias científicas a una dieta
mediterránea
son del año 1948,
cuando Leland G. Allbaughestudió el modo de vida de los habitantes
de la isla de Creta
y, entre otros aspectos, comparó su alimentación con la de Grecia y
EE UU. Por su parte, el fisiólogo norteamericano Ancel
Keys, que encabezó un estudio sobre las enfermedades
coronarias, el colesterol
de la sangre y el estilo de vida de siete países (Italia,
Yugoeslavia, Grecia, Holanda,
Finlandia, EE UU
y Japón) tras la
Segunda
Guerra Mundial, contribuyó a su difusión. Keys y sus
colaboradores apreciaron que la incidencia de las enfermedades
coronarias era menor en las zonas rurales del sur de Europa y en
Japón. Sospecharon que había un factor protector en el estilo de
vida, que etiquetaron como "manera
mediterránea"
(mediterranean
way).
Describieron este estilo de vida como "muy activo físicamente
(por la escasa mecanización del agro), frugal, y con una ingestión
predominante de productos vegetales y reducida en productos de origen
animal". La posterior difusión de sus resultados asimiló el
concepto de "estilo
mediterráneo"
con el de "dieta
miditerránea".
Crítica
Esta
dieta, tal cual se
planteó, nunca ha sido consumida tradicionalmente en ningún país
mediterráneo. Los estudios epidemiológicos muestran que el consumo
de huevos, por
ejemplo, se situaría en torno a los 10 huevos por semana,
el consumo de carnes
o pescados es
diario, y el consumo de helados
y otros dulces era
comparable al de fruta
como postre, etc.
Cuando Keys analizó la dieta de Creta
en los años 1950,
la comida estaba bastante racionada, y quizás en ese tiempo la dieta
cotidiana de los cretenses se pareciera más a la que él propuso.
Por otro
lado, Keys se apoyó en la imagen de salud proyectada por los países
mediterráneos entre los estadounidenses para formular una dieta más
racional, pues la dieta norteamericana de su época abusaba del
consumo de ciertos productos (carne, huevos y mantequilla)
e ignoraba otros (verduras y pescado). Acabó formulando una dieta en
la que predominaban los productos vegetales, complementada con
cantidades justas de carne y pescado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario